"Al principio eran pequeños empujones pero mis enfados eran más y más violentos"


El maltrato en España

El calvario de su ex mujer comenzó hace más de seis años. El nacimiento de su segunda hija le cambió el carácter. "Tuvimos problemas con la alimentación de la pequeña y yo le eché la culpa a ella", recuerda mientras fuma de forma compulsiva. Fueron tantos desprecios y humillaciones, explica, que se le retiró la leche.

Después de eso llegaron los golpes. "Al principio eran pequeños empujones pero poco a poco mis enfados eran más violentos", explica mientras confiesa que llegó a golpearla con la raqueta de tenis que ella había cogido para protegerse de él. Siempre había una excusa: una mala mirada de la familia de su esposa (que conocía la situación), una comida que no era de su agrado...

Pero una noche cambió todo. Llegó tarde a casa y una vez más la forzó sexualmente. Como ella se resistió la golpeó más fuerte de lo que solía hacerlo y tuvo que llevarla a urgencias. Él la acompañó para que no contara nada a nadie, pero cuando se quedó sola con el médico lo confesó. "Fui detenido esa misma noche. Pasé dos días en el calabozo hasta que se celebró el juicio", cuenta entre lágrimas.

No llegó a entrar en la cárcel porque su ex mujer no contó todo lo que le había hecho y le cayó una pena inferior a dos años. El juez le obligó a hacer un curso de rehabilitación para no entrar en prisión. "Aunque parezca mentira yo no me consideraba un maltratador. Pensaba que sólo tenía mucho genio", dice. Fue durante el curso cuando se dio cuenta de la pesadilla que le había hecho sufrir a su ex esposa. "Intenté volver con ella, pero no quería saber nada de mí. Mi terapeuta me dijo que tenía que dejarla en paz si realmente quería rehabilitarme", cuenta.

Aunque sabe que su ex pareja nunca podrá perdonarle, espera que sus hijas acepten quedar con él. Desde que se fue de casa no las ha vuelto a ver. "Yo pasaré la pensión religiosamente y esperaré que quieran verme. Si no lo hacen lo entenderé. Nunca me perdonaré lo que le hice", cuenta de la mano de su nueva pareja. Ella conoce toda la historia. Se lo contó a las pocas semanas de conocerla. Se lo dijo en una cafetería y esa misma tarde la llevó para que conociera a su terapeuta. Éste los llama de vez en cuando para preguntarles qué tal les va la relación. "Es un poco humillante, pero prefiero que sea así. No soportaría volver a hacer tanto daño a nadie", asegura.

Este ex maltratador arrepentido es consciente de lo mal que se lo hizo pasar a su pareja y teme sufrir el rechazo de la sociedad, muy concienciada en contra la violencia en el hogar, explica. Por este motivo pidió a 20minutos que no revelara ninguno de sus datos personales. 6.208 hombres realizan en la actualidad programas de tratamiento para maltratadores en España. Estos agresores han sido condenados, pero no están en prisión porque sus delitos no eran demasiado graves y no son reincidentes.

Más fallecidas y presos

Este año va camino de convertirse en uno de los más trágicos en cuanto al número de fallecidas por violencia doméstica (63), y también parece que va a finalizar con el mayor número de encarcelados por este delito. En total, 3.821 hombres cumplen condena en España por maltratar a su pareja o ex pareja, según Instituciones Penitenciarias, que no incluyen a los presos de las cárceles catalanas. La cifra se elevaría a 6.517 si también contamos a los presos condenados por distintos delitos, entre ellos uno de violencia de género.

Los que volvieron a delinquir cometieron delitos menos graves. Sólo el 10% de los presos condenados por maltrato que hicieron terapias de rehabilitación para maltratadores en prisión volvieron a cometer un delito relacionado con la violencia de género, según el primer estudio de reincidencia realizado por Instituciones Penitenciarias. El porcentaje se reduce hasta el 8% en el caso de las cárceles catalanas. El informe, que analiza la reincidencia de 240 presos que acudieron a terapias y que llevaban en libertad entre 3 y 5 años, también revela que los que reincidieron cometieron delitos menos graves.

Desde que se pusieron en marcha estos tratamientos en las cárceles españolas hace 8 años, 2.071 presos han pasado por ellos. En las terapias se les hace tomar consciencia de lo que hicieron, les enseñan a controlar la ira y nuevas pautas de comportamiento.

Vía: 20 Minutos



"Al principio eran pequeños empujones pero mis enfados eran más y más violentos" "Al principio eran pequeños empujones pero mis enfados eran más y más violentos" Reviewed by Anónimo on miércoles, noviembre 24, 2010 Rating: 5

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