Colecho: Dormir con los hijos ¿Bueno o malo?
No hablaré de bueno o malo en el tema de colecho, me gusta hablar de beneficios o perjuicios de la práctica de dormir con los hijos, y estos deben ser valorados por los padres o personas que lo practican o no, pero entonces ¿por qué pongo este título?, pues lo pongo por que ésta es la pregunta que se hacen, no solo los padres sino muchos profesionales al respecto, y que por lo tanto su respuesta se basa en estos términos.
La semana pasada, sin ir más lejos, leí un tajante artículo de opinión (como no puede ser de otra forma) en el diario argentino online www.clarin.com, en el que la psicoanalista Clara R. Schejtman, docente en la Universidad de Buenos Aires, afirma que la práctica del colecho está desaconsejado, basándose en investigaciones de origen psicoanalítico, fundamentada en la “sexualidad”, pero no en la sexualidad de los padres, sino de los niños. A pesar de que está idea, desde mi perspectiva teórica me choca, no es esto lo que realmente me ha impactado, por que esto son teorías, nada más, lo que me ha impactado es leer que, y copio literalmente: “Tanto los pediatras como los psicólogos desaconsejan el colecho (padres e hijos compartiendo la misma cama) y los padres se preguntan: ¿por qué evitar una actividad inocente y placentera?”
Creo que afirmar y generalizar así, metiendo a todos los profesionales en la misma línea de OPINIÓN, es un grave error, y yo me salgo de ese saco en el que se me ha metido, y pienso que si unos padres consideran INOCENTE y PLACENTERA en sus propias palabras una actividad, se debería escuchar más las necesidades de esos padres y de sus hijos. Las razones por las que unos padres deciden dormir con sus hijos, son muchas, igual que la de los padres que deciden no hacerlo, y estas razones, por mi experiencia, como profesional y como madre, suelen ser de índole personal, cultural o social.
En muchas culturas se duerme con los hijos sin plantearse si es “bueno o malo” y esta decisión, no es la causa de problemas psicológicos en ningún caso, es más, hay estudios que demuestran una relación entre disminución de SIDS ( Sudden infant death syndrome) y la práctica del colecho (Mitchell y col. (Lancet 1996; 347:7)). Y desde mi humilde visión, no he encontrado razones objetivas que me puedan demostrar científicamente que un problema de límites, o de excitación se debe al colecho, por el contrario el cansancio de la madre y el de tener que realizar conductas de seguridad, como ir más de 15 veces a la habitación (y esto no es una exageración, aunque lo parezca) de al lado, para comprobar que su hijo respira, si es una causa objetiva de “estrés”.
Por supuesto, no todos somos iguales, y hay padres que duermen plácidamente con sus hijos en la habitación de al lado, y hay padres que duermen felizmente oliendo a su hijo. Esta decisión y esta valoración es personal y no profesional.
Pero ya que he empezado hablando en referencia a una teoría psicoanalítica que no se fundamenta en la noticia, pero afirma tener explicación, me gusta aportar datos objetivos en las cosas que afirmo, y voy a hacer una pequeña reseña a cerca de los beneficios del colecho.
Los bebes tiene un patrón de sueño diferente al de los adultos y tiene su explicación, necesitan estar alerta, por que esto garantiza su supervivencia. El sueño que predomina en los pequeños es un sueño ligero (REM: Rapid Eye Movement, fases 1 y 2 ) no un sueño profundo. Los pequeños pueden sufrir apneas, y si no respiran de forma automática tras una de ellas, se despiertan, despertar es más fácil en las fases ligeras, que en las profundas, por lo tanto, se trata de un mecanismo fisiológico, adaptativo y de supervivencia. Además, es un mecanismo innato ante peligros, puede que ahora no tengamos posibilidad de que un depredador entre ne nuestro cuarto y nos devore, pero quedan vestigios de una época en que si, y debíamos permanecer alertas ante estímulos que indicasen presencia de peligros reales. El colecho favorece la sincronización del sueño de madre, padre e hijo, por lo que el sueño de los padres también se ve modificado, acompasado al de su bebe. Permanece más alerta, en fases REM de sueño ligero, a las señales de su hijo, y además el bebe, se sensibiliza a los movimientos de la madre o el padre y se reducen los episodios de apnea. Hay evidencias que demuestran que colechar mejora la termo-regulación, favorece la lactancia materna (que también previene además el SIDS ( Sudden infant death syndrome), los pequeños que duermen con su madre hacen casi el doble de tomas y tres veces más de tiempo, favoreciendo el estado de fases ligeras de sueño, que comentaba antes, se consigue una mayor estabilidad cardio- respiratoria, y por supuesto los beneficios a nivel emocional.
Pero no es oro todo lo que reluce, y evidentemente sería imprudente y falso afirmar en todos los casos que la práctica del colecho es siempre la mejor opción. Primero por que, y me repito de nuevas, esta decisión es personal y hay muchos factores a tener en cuenta, y segundo, por que hay ocasiones en los que dormir con un recién nacido puede considerarse una práctica que en ocasiones ha aumentado el SIDS en lugar de reducirlo, pero son circunstancias concretas, que atienden más al uso del sentido común, como por ejemplo, en el caso de consumo de sustancias tóxicas como tabaco o alcohol, colecho en condiciones de hacinamiento, obesidad, exceso de cansancio, dormir con muchas almohadas, dormir en lugares peligroso, como sofás o literas sin seguridad…
Para terminar, el colecho no es bueno o es malo, es una práctica lícita, y responsable si se toma la decisión con las informaciones pertinentes, los profesionales deben situarse en el lado de ayudar ante los problemas y no de emitir juicios y resoluciones, yo no pregunto a mi médico si ya duerme solo, y si está preparado para hacerlo. Pertenece a su intimidad, y no a su salud mental, ¿por qué con un niño ha de ser diferente?.// Asistenciapsicologica.es
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