Cinco maneras de manejar la Crisis Financiera como el Dalai Lama
Los efectos de la crisis financiera nos han tocado a todos, inclusive a los niños. Ese deseo que usted siente la ir al Wall Street con una escopeta en la mano es natural, aunque no muy productivo.
¿Cómo podemos conservar un poco de paz interior en medio de esta avalancha de despidos, embargos, y problemas económicos? ¿Cómo podemos vivir tranquilos y proyectarle confianza a nuestros hijos, cuando muchos jóvenes tienen que lidiar hoy en día con cambios en sus ingresos familiares, y padres desempleados, o trabajando por menos, o en lugares lejanos? He aquí cinco maneras de ver las cosas desde otro punto de vista.
1.VEA A SUS ENEMIGOS COMO SUS MAESTROS
Esta crisis económica fue creada por unos pocos individuos corruptos. Bien podemos verlos como nuestros enemigos, y echar mano de la susodicha escopeta. Sin embargo, nuestros enemigos pueden ser nuestros mejores maestros, porque nos pueden enseñar a desarrollar bellas cualidades, como por ejemplo:
•La paciencia (ahora tendremos que esperar más para lograr ciertas metas).
•La perseverancia (no vamos a rendirnos frente a la adversidad).
•La fidelidad (vamos a cerrar filas con nuestras familias y a enfrentar juntos nuestras dificultades).
•La creatividad (vamos a buscar formas nuevas de solucionar las cosas).
•El buen humor (porque sino, tenemos que echarnos a llorar en una esquina, y después ¿quién limpia el charco de lágrimas?.
2.SEPA QUE LO QUE NO VIENE DEL AMOR, VIENE DEL MIEDO.
Las personas que causaron esta crisis son billonarios, y sin embargo, no supieron controlar su deseo de obtener más y más riquezas. Ciertamente no tenían necesidad de dinero en ningún sentido convencional. No hicieron lo que hicieron para proveerle nada a sus familias, ni para resolver problemas.
3.DESCUBRA CÓMO SENTIR COMPASIÓN POR SUS ENEMIGOS
Si estas personas que causaron la crisis económica, tenían – y tienen – tantas riquezas, sin embargo viven con miedos, y se sienten impulsados a hacer las fechorías que hicieron para obtener más y más, ¿no son dignos de lastima? Usted quizás no tiene grandes riquezas, pero puede tener más tranquilidad, más paz interior, que esos pobres tipos ricos.
4.ACEPTE QUE LA VIDA ES CAMBIO.
Todo en la vida cambia y es mejor aceptar esa realidad, y abrazarnos a ella. Si no queremos aceptarla, vamos a sufrir más de la cuenta. Si tratamos de resistirnos a los cambios naturales de la vida. Si tratamos de resistirnos al pasado, sufrimos más. Es mejor aceptar los cambios, y tal vez promover otros cambios, más favorables para nosotros.
Aceptar el cambio, adaptarnos al cambio, y darle la vuelta a las cosas para obtener cambios favorables, esa debe ser nuestra consigna. Si nos quedamos sentados en el sofá lamentando el trabajo o la casa que perdimos, nos va a arrastrar la corriente.
5.VIVA EL MOMENTO PRESENTE.
Como decíamos anteriormente, si nos quedamos en el sofá lamentando las cosas que perdimos, nos va a pasar como al camarón que se duerme se lo lleva la corriente. El pasado pasó. Si nos quedamos llorando en el sofá como tristes víctimas vamos a sufrir más de la cuenta y no vamos a ver las oportunidades que se nos presenten.
Haga un esfuerzo y sepárese del pasado. Cierre ese capítulo. Respire profundo y mire a su alrededor. El presente no siempre es ideal, pero a menos que usted se esté ahogando en el mar mientras lee estas líneas, en este momento preciso, en este instante, usted está más o menos bien. No piense tampoco en el futuro en el que el cielo se le va a caer encima. Aprecie este momento y sienta un poco de alivio.
Tome acción
Encuentre un lugar donde pueda estar tranquilo un rato. Siéntese cómodamente y mire a un punto cercano: un punto en la pared, una silla, etc. Respire profundo pero naturalmente, y ponga en su mente compasión por esos otros seres humanos que no tienen paz en su interior. No piense en nada en particular fuera de eso. Si otros pensamientos le llegan, deje que se desvanezcan a su propio paso. Usted está presente en el presente. Poco a poco empezará a levitarse...
Ok. No va a levitarse. Pero con consistencia, le aseguro que va a ir quitándose un peso de los hombros, y se va a sentir más liviano.
La crisis financiera no va a desaparecer mañana, pero usted la puede manejar, como el Dalai Lama.// El Diario
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