Cuatro tips para eliminar la fea joroba
‘Mete la joroba’ ha de ser una de las expresiones más antiguas y que más veces escuchamos de nuestras abuelas. Y es que tanto por estética como por salud, ellas se preocuparon por hallar la forma de corregir la mala postura de la columna, tan típica en la adolescencia.
“Para corregir la espalda encorvada, el niño o niña debe pasar ambos brazos por un palo de escoba en desuso, de modo que éste quede en forma horizontal por la espalda. Es bueno que camine así por unos minutos unas tres veces al día”, sugiere Concepción, awicha de 76 años.
“La mejor receta es la clásica, caminar en línea recta con libros en la cabeza. La idea es recorrer un trecho sin que los textos caigan. A más libros, mejor postura”, opina Norah, abuelita de 84 años que recuerda que su mamá le obligó a hacer este ejercicio muchas veces.
Olguita, de 81, dice que puso en práctica dos secretos: “cada vez que mi hija se encorvaba le daba un toque en la espalda con los dedos índice y medio, pero también le enseñé a imaginar una línea recta en el suelo y a caminar por ella mirando al frente; era como un juego”.
‘Mete la joroba’ ha de ser una de las expresiones más antiguas y que más veces escuchamos de nuestras abuelas. Y es que tanto por estética como por salud, ellas se preocuparon por hallar la forma de corregir la mala postura de la columna, tan típica en la adolescencia.
“Para corregir la espalda encorvada, el niño o niña debe pasar ambos brazos por un palo de escoba en desuso, de modo que éste quede en forma horizontal por la espalda. Es bueno que camine así por unos minutos unas tres veces al día”, sugiere Concepción, awicha de 76 años.
“La mejor receta es la clásica, caminar en línea recta con libros en la cabeza. La idea es recorrer un trecho sin que los textos caigan. A más libros, mejor postura”, opina Norah, abuelita de 84 años que recuerda que su mamá le obligó a hacer este ejercicio muchas veces.
Olguita, de 81, dice que puso en práctica dos secretos: “cada vez que mi hija se encorvaba le daba un toque en la espalda con los dedos índice y medio, pero también le enseñé a imaginar una línea recta en el suelo y a caminar por ella mirando al frente; era como un juego”.
Sentado
Puede sonar a tortura, pero otra técnica, dice Emma (69), consiste en “amarrar” al niño (sin lastimarle) al espaldar de la silla mientras come, para que se mantenga erguido.// La Razón
No hay comentarios: