Busque que sus hijos lo respeten
En estas épocas de informalidad, superficialidad y falta de valores, se ha ido perdiendo poco a poco aquello que tanto se les inculcó a las generaciones anteriores: “El respeto por los mayores”. Hoy, esto no se practica, ya que los que mandan en el hogar son los hijos y sus deseos se vuelven realidad, así los padres tengan que matarse en el intento. Se nos ha ido la mano, volviendo a los hijos ‘hiperimportantes’. Ellos se lo han creído y sienten que tienen derecho a lo que quieran. El respeto por los padres, y especialmente por la figura de la madre, está bastante ausente.
Los hijos pequeños son tiranos que atropellan a sus padres con palabras, exigencias y actos de desobediencia importantes. Los padres, no se sabe bien por qué, pero se cree que es por su culpa, son muy permisivos y no ponen límites claros y amorosos. Los hijos en edad escolar también manipulan para lograr que sus padres les den todo lo que su corazón “desee”. No existe un frente unido de padre y madre que imponga disciplina con claridad.
Los adolescentes cansan a sus padres con sus peleas constantes, por ser rebeldes y arrogantes con sus mayores.
No, los hijos de ninguna edad respetan a los mayores. Eso no es bueno ni para los niños, ni los jóvenes, ni los padres. Ni hablar de los hijos adultos, ellos son poseedores de la verdad absoluta y la experiencia de vida de los padres no es valorada ni respetada. Esta generación, producto de la gratificación instantánea, está resultando autocentrada, y dada solo a lo placentero. Poco se toleran la frustración y, mucho menos, las interferencias que puedan tener los padres en sus vidas.
En este mes de la madre, invito a padres, hijos, nietos a volver a creer en la jerarquía, en el respeto que debe existir en toda familia. Los hijos deben respetar a sus padres y los padres deben exigir respeto y, a su vez, ser respetuosos con sus hijos.
Lograr que esta generación se vuelva más tolerante, más generosa, más noble y más colaboradora es tarea de todos. Quienes van a jugar un papel central en todo este cambio son las madres. Ellas deben hacerse respetar, no pueden permitir que su hijo, por pequeño que sea, les pegue, les grite y las amenace.
Estas madres no deben dejarse llevar por la culpa. Si ustedes trabajan, es para darles mayor bienestar a sus hijos y a la familia en general. Las madres deben ser amorosas, porque es su naturaleza, pero también deben establecer límites de manera firme. Ser agradecidos.
Ustedes, madres, y sus acompañantes, los padres, son los guías de la familia. Deben comportarse como tales y no permitir que sus hijos los ‘pordebajeen’ o abusen de su generosidad. Con el pasar del tiempo, ellos les van a agradecer que los hayan organizado y exigido un buen desempeño en sus tareas diarias. Con padres encargados y firmes tendremos hijos que respeten a sus mayores; además, tendrán mayor sentido de compromiso y colaboración con la familia y la sociedad. Obviamente, todavía hay hijos amorosos y pendientes del bienestar de su madre.// ABC del bebé
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