Quince cosas que no debes hacer este año en redes sociales
Por un mejor 'yo 3.0': revisamos esas veces en las que tenernos como contacto/amigo/seguidor en cualquier red social se hace difícil y nos marcamos como objetivo de los próximos 12 meses presumir de buena etiqueta en los social media.
Ejemplo de cómo no deberías ver tu perfil de Facebook. G. P.
1. París era una fiesta. Pero nuestra existencia entera no. No a las vidas ideales de postal.
Facebook ha elevado exponencialmente nuestras ganas de fardar, maquillar, photoshopear o directamente inflar a bótox nuestra vida. Esas "tardes estupendas con la family' (escuchando cosas como: "¿no te sale nada de lo tuyo?", "tu novio ha salido con sus amigos y tú en casa, ¡cómo sois las parejas modernas!"), esas vacaciones ideales con 'el amor de mi vida' (con momentos de auténtica guerra fría por una interpretación divergente del mapa), ese desayuno ideal con tacita de café a media mañana en el trabajo (con contrato temporal/a media jornada (de sueldo)/ de prácticas).
Pero, como diría Pierce Hawthorne, ¡somos los más guays del mundo! ¡Chúpate esa, Facebook!
2. Furor hashtag. #quecansadoesleerasítodoelrato.
Esta clave comunicativa (a la que han sucumbido desde anuncios publicitarios hasta las promostelevisivas de Hermano Mayor: #agresivo #caprichoso #acaparador -léase con voz de Pedro García Aguado-) ha destapado a cientos de personas ansiosas por expresarse #agolpedealmohadilla, porque, por alguna razón,#cualquiercosadichaconhashtagsnosparecemásocurrenteyograciosa. Y un poco sí, pero no tanto.
3. Proselitismo desaforado
La red social al servicio de una causa que monopoliza muros ytimelines. Vegetarianismo (¡veganismo!). Adopción de mascotas. Lucha contra/a favor de la homeopatía. Militantes antitaurinos. Animadores del crowdfunding para libros/discos/películas/viajes de fin de curso. Recetas 'cuquis'. Cualquier cosa que haya dicho Pablo Iglesias. Nos referimos a los usuarios-predicadores más intransigentes, que se dedican al mitin sin endulzar sus perfiles con un vídeo de gatitos o un triste meme de Julio Iglesias siquiera.
4. Tertulianismo
Abusar de nuestros pobres contactos en redes sociales para dar rienda suelta al líder de opinión que todos llevamos dentro. 2015 es año electoral. Bueno, damos este buen propósito por perdido.
5. A ver, lo del Candy Crush...
Presente en la lista de propósitos desde 2010. ¿Se logrará implantar el no envío de invitaciones indeseadas antes de que Estados Unidos ratifique el protocolo de Kioto? A la próxima, ¡golpe de remo!
6. Selfi
Tan 2014. Les ocurrió a las fotos de pies en la playa y a las de muslos+paisaje. Es hora de dejarle marchar
7. Página de un libro como foto de portada
Esa cita que tanto nos define. Habernos lanzado por fin a leer aThomas Pynchon (al que conocíamos sobre todo por ser ese personaje con una bolsa en la cabeza que salía de vez en cuando en Los Simpson) y querer que el mundo lo sepa. Momentos en los que nos sentimos así:
8. La herencia Messenger (primera parte)
Poner canciones / poemas / citas para sentirnos muy profundostodo el rato. Una extensión del punto anterior. Permitámonos algún comentario banal, algún vídeo de bebés probando limones por primera vez, incluso algún enlace a un test que desvela: "¿Qué villana Disney eres?".
9. La herencia Messenger (segunda parte)
Utilizar lo anterior para lanzar discretos y sutiles mensajes en clave, a los que coloquialmente podríamos llamar puyitas, hacia contactos con los que toda probabilidad se ha tenido, se tiene o se quiere tener una relación afectiva. Otra en la que es difícil no caer, que los accesos de ira con WiFi a mano son muy traicioneros. La actitud que buscamos es la siguiente:
Además, siempre está quien no las pilla:
Ejemplo de uno que no lo pilla
10. El muro de Facebook como novela costumbrista
Se trata de una corriente contraria a la del primer punto, cuyo abuso puede provocar merecidos bloqueos y silenciamientos 3.0. Difícil, si uno no es Blasco Ibáñez, que resulte interesante, trascendente y revelador de la sociedad contemporánea en la que vivimos el relato de ese catarro que no acaba de curarse, lo mucho que nos aburrimos en el trabajo, que se nos acaban de pegar las lentejas...
11. Pornografía emocional
Nos conformamos con no llegar a esto:
12. ¡Qué mon@ era!
Compartir en exceso imágenes de nuestra tierna infancia da un poco de miedo y, reconozcámoslo, es buscar el 'me gusta' y el halago fácil. Control.
13. Automegusta
Es un concepto carente de sentido. Trasladémoslo a la vida real.
14. El usuario Guadiana
Deja y vuelve a Facebook varias veces al trimestre. Necesita aislarse del mundanal ruido. Separarse de la masa. Vivir la vida real. Y, sobre todo, hacérselo saber a todos tus contactos, que es que son muy mainstream.
15. Sobreexposición mediática de bebés (extensible a mascotas)
Es el mal comportamiento más perdonable, el amor nos desborda y no entendemos cómo el mundo puede sobrevivir un día sin un retrato de las últimas monerías nuestros pequeños (humanos o animales). Pero planteémonoslo así: ¿cómo es posible que nos suene más la cara del retoño de nuestra compañera del colegio que la de Ivy Blue, la niña de Beyoncé?// El Mundo (ES)
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