Los 12 peores hábitos para nuestra salud mental
La depresión usualmente nos golpea a causa de factores que están fuera de nuestro control: la muerte de un ser amado, la pérdida de trabajo o las dificultades financieras. No obstante, las pequeñas decisiones que tomamos cada día también tienen el potencial de afectar el estado anímico en formas mucho más intensas de lo que imaginamos.
Nuestros hábitos en las redes sociales, rutinas de ejercicio y hasta la forma en que caminamos pueden estar succionando nuestra felicidad, y es posible que seamos consciente de que eso. Afortunadamente, estos comportamientos pueden modificarse. Conocé estas 12 formas en las que inconscientemente saboteamos los buenos estados de ánimo y fíjate lo que podemos hacer para revertir esa situación.
1- Caminar encorvado
Según un estudio publicado en Journal of Behavior Therapy and Experimental Psychiatry, la forma en que nos sentimos puede afectar la forma en que caminamos y en sentido contrario también funciona: la forma en que caminamos también puede afectar las emociones.
Los investigadores descubrieron que las personas a las que observaron caminar con los hombros inclinados hacia adelante, el cuerpo encorvado y un movimiento mínimo de brazos, experimentaron peores estados de ánimo que aquellas personas que manejaban un lenguaje corporal más animado al caminar. Es más, los participantes del estudio que caminaron con un lenguaje corporal apagado, manifestaron que sus pensamientos se centraron más en las cosas negativas de sus vidas, que en las cosas positivas.
Consejo: Levantá el mentón y ubicá los hombros hacia atrás para que de esa manera puedas manejar un lenguaje corporal positivo al caminar.
2- Abusar de las selfies
Sacar fotos de todas las cosas al azar puede obstaculizar la forma en que recordamos los momentos, según un estudio publicado por Ciencia Psicológica. En ese estudio, los participantes hicieron un tour por un museo local, a lo largo del cual se dedicaron a observar directamente algunos objetos y a fotografiar otros. Luego, a los participantes del estudio les fue más difícil recordar las características y el trasfondo de los objetos que fotografiaron, mientras que de los objetos que observaron directamente sí les fue posible recordar fácilmente la información relacionada con ellos. “El lente de la cámara es un velo ubicado frente a los ojos de las personas y estas no se dan cuenta de que está posado delante de ellas”, explica la Doctora Diedra Clay, miembro del directorio de Ciencia Psicológica y profesora asociada del departamento de consejería y salud psicológica de la Universidad Bastyr de Kenmore.
Consejo: Cuando le tomés una foto a algo, concéntrate de verdad en aquello que tienes frente al lente de tu cámara; o mejor aún: antes o después de la foto, dejá la cámara de lado, sentate cómodamente y disfrutá del momento. Empapate de la belleza de las cosas e interactuá activamente con lo que sucede a tu alrededor. “Si hacés esto podrás convertirte en una persona fuerte mentalmente”, cierra Clay.
3- Permitir que un persona abusiva te saque energía
La exposición a los abusos por parte de terceras personas no termina cuando dejás el colegio. Aproximadamente 54 millones de trabajadores, o el 35% de la fuerza laboral de EE.UU. son objeto de abusos cometidos por colegas en algún punto de su carrera profesional, según indica el Instituto de Supervisión de Abusos en el Trabajo de EE.UU. “Más del 70% de las personas han reconocido haber tenido que lidiar con colegas abusivos en su trabajo”, explica la doctora Erin Leonard, psicoterapeuta y autora del libro Terrorismo Emocional: Rompiendo las cadenas de una Relación Tóxica. “Cuando las personas sufren ataques maliciosos continuos dentro de los lugares en los que deben preservar su orgullo y autoestima para perseverar, esa situación puede ser devastadora para ellas. Los abusos constantes llevan a que tu salud emocional se vuelva volátil y pueden ponerte en una situación en la que incluso algo tan sencillo, como el levantarte en las mañanas para ir a trabajar, se convierta en una tarea difícil de realizar”, agrega Leonard.
Consejo: El Instituto de Supervisión de los Abusos en el Trabajo de EE.UU. recomienda que en primera instancia hay que ir al médico para discutir sobre el estado de tu salud mental y física. Luego, después de que hayas documentado cuidadosamente la calidad de las interacciones que sueles sostener regularmente, debes seguir el plan de acción de 3 pasos propuesto por esta organización.
4- No hacer ejercicio regularmente
Hacer ejercicio tres veces a la semana, disminuye un 19% el riesgo de sufrir depresión en la semana, de acuerdo con un estudio efectuado por Psiquiatría JAMA. Después de hacerle seguimiento a más de 11.000 personas desde que nacieron en 1958 hasta su cumpleaños número 50 (año 2008), periodo en el que registraron síntomas de depresión e hicieron seguimiento a la actividad física dentro de ciclos regulares, los investigadores del University College London descubrieron que existía una correlación directa entre la actividad física y los niveles de estrés que experimentan los seres humanos diariamente. Las personas que se deprimían más eran aquellas que realizaban menos ejercicio, mientras que aquellas personas que eran más activas, muy pocas veces experimentaban ataques de depresión. De hecho, por cada día que hacían ejercicio, el riesgo de sufrir de depresión a lo largo de la semana disminuía en un 6%.
Consejo: No hay otra: salí y movete. No hace falta que salgas a correr o al gimnasio, se puede hacer con la rutina diaria, con caminar, con subir escaleras en vez de usar el ascensor, entre otras. La cuestión es que cualquier actividad física ayudará a que la mente esté más activa y se despeje de forma positiva.
5- Postergar las cosas que no nos gustan
No hacer las cosas que tenemos que hacer porque es una tarea aburrida o porque simplemente no tenemos ganas de hacerla puede no ser muy grave. Ya que cuando queramos la podemos hacer. Sin embargo, distinto es lo que pasa si evitamos hacer las cosas porque nos genera algún tipo de ansiedad o porque tenemos miedo de fracasar. En ese caso, cada vez que postergamos esas tareas estamos contribuyendo a que la realización se vuelva cada vez más estresante.
Consejo: Ayuda liberar un poco del estrés que nos provoca hacer eso que nos da ansiedad. Escuchar música o salir a caminar o correr son buena opciones para eso. Es conveniente involucrarse en actividades que nos ayuden a desintegrar la ansiedad cada vez que pensamos en esas tareas pendientes. De esta forma, podremos incorporar un poco de diversión al desafío y preparar mejor para acabar con el estrés que provoca.
6- Estar en una relación “tóxica”
“Tengo muchos clientes que sufren de ansiedad y depresión sin saber que eso obedece a que están inmersos en una relación sentimental tóxica para ellos”, explica la doctora Erin Leonard. “Ese tipo de relaciones devoran la autoestima de las personas. Sus compañeros sentimentales les hacen creer que son incompetentes o egoístas. Algunas veces, a las personas les toma varios años darse cuenta de que su depresión y ansiedad se originan en las relaciones sentimentales que sostienen, las cuales con el tiempo pueden llegar a desmantelar su seguridad personal por completo”.
Consejo: Es posible que necesitemos ayuda para solucionar este problema. Primero, hay que leer las señales que tenemos al alcance para determinar si nuestra pareja está siendo abusiva con nosotros. Luego, pedile a un profesional, a un familiar o a un amigo que te ayude a corroborar si los símbolos que detectamos son reales; de ser así, hay que tomar cartas en el asunto de inmediato.
7- Hacerse mala sangre por todo
Si con cada cosa que nos pueda molestar, por mínima que sea, vamos a reaccionar exageradamente. Enojándonos y maldiciendo para todos los rincones sólo logramos empeorar la situación. Aprender a que nos importen menos es una buena forma de evitar que nos estresen esas situaciones. “Existen muchos estudios que demuestran los beneficios que trae el reír para nuestra salud, y esto incluye a nuestra salud mental”, sostiene Leonard. “La risa es la medicina más rápida para atacar la ansiedad o la depresión”.
Consejo: Buscá ponerle humor a la rutina diaria. Y tomate el tiempo para leer o ver cosas que te puedan hacer reír.
8- No dormir lo suficiente
“El sueño afecta todo”, dice Diedra L. Clay, y continúa: “afecta nuestras capacidades emocionales y mentales en el día a día, así como al funcionamiento físico de nuestro cuerpo. El sueño es el mecanismo bajo el cual nuestro organismo se regeneran del desgaste sufrido por la actividad diaria y sin él, nuestro sistema biológico no podría funcionar correctamente”.
Consejo: Intentá descifrar por qué no estás durmiendo bien y tomá las medidas necesarias para crear un ambiente que favorezca tu descanso.
9- No estar nunca solos
La doctora Leonard señala la importancia de encontrar siempre un tiempo para nosotros mismos. Ya sean 10 minutos diarios, una hora, o un día entero a la semana. “Si no puedes usar tu tiempo para atender cosas tuyas, la depresión y la ansiedad invadirán tu vida”, afirma Leonard.
Consejo: Programar tu celular para que te avise que te tomes un rato para estar solo es una idea que puede funcionar.
10- Comunicarse sólo a través de los aparatos de hoy
“Si el principal medio de comunicación con los demás son los mensajes de texto, Facebook y/o cualquier otro medio social que exista, es importante que entiendas que tú en realidad no estás sosteniendo relaciones sociales significativas por esos medios – y por favor, las conversaciones breves que sostienes con la persona que te atiende en el café o el restaurante que visitas todos los días no cuentan”, sostiene Clay.
“Las conversaciones que sostienes en Facebook u otro medio virtual son un mero entretenimiento”, agrega. “Estas no son conversaciones reales que te permitan entender cabalmente a las personas con las que chateas. A cambio, las conversaciones por medios virtuales degradan nuestras experiencias sociales y limitan nuestra capacidad para compartir emociones reales con los demás”.
El doctor Michael Mantell, quien es un coach de ciencias conductuales en San Diego, está de acuerdo con este señalamiento, según cuenta la revista Time. Los dispositivos electrónicos personales (como los smartphones y demás) también han impactado fuertemente nuestros niveles de atención, llevándonos a demandar experiencias de gratificación inmediata por esos medios, y sembrando en nosotros expectativas por presionar un botón para instaurar conexiones instantáneas con alguien” dice Mantell. “Tristemente, la tecnología también nos ha enseñado a no relacionarlos personalmente con quienes forman parte de nuestros círculos sociales, ahora las personas nos comunicamos únicamente por medios virtuales”.
“Esta situación afecta nuestra habilidad para sentarnos en una misma habitación con alguien e interactuar socialmente en forma efectiva, hecho que merma nuestro interés por propiciar tales situaciones. Las personas hoy en día no son hábiles para conversar cara a cara con los demás, lamentablemente han perdido sus habilidades sociales y conducen sus relaciones en forma muy superficial”, cierra Matell.
Consejo: “Al final de nuestras vidas, el número de seguidores que tengamos en Facebook, Twitter o Instagram no importa para nada”, insiste Clay. “¡Pero los amigos y tus familiares sí importan mucho! Asegurate de registrar en tu agenda como mínimo un compromiso a la semana para compartir en forma activa un espacio personal de calidad con algún amigo, familiar o tu pareja”.
11- Necesitar siempre el celular cerca
¿Cuándo fue la última vez que estuviste completamente libre de dispositivos electrónicos a lo largo de un día? ¿No lo podés recordar? Esta no es una buena señal. “Con todos los dispositivos que tenemos hoy en día, las personas estamos siendo sobre estimuladas”, cuenta Clay, y agrega: “Y si todo el tiempo estamos utilizándolos, entonces nunca podremos descansar realmente para regenerar nuestro cuerpo y nuestra mente. El desgaste que esto genera eventualmente se podrá manifestar en forma de depresión o ansiedad en tu vida”.
Consejo: Creá un día (o, al menos, medio día) de “ayuno electrónico”, en el cual no podés utilizar ningún tipo de dispositivo electrónico.
12- Multitareas
“Todos somos culpables de hacer multitareas: tomamos nuestro almuerzo en el escritorio de la oficina, revisamos Facebook a la vez que vemos televisión, y enviamos mensajes de texto en todo momento, sin importar si estamos participando de un encuentro social y tenemos a alguien sentado frente a nosotros (lo cual es pésima educación)”, dice Clay.
Investigaciones demuestran que a pesar de que muchas personas creen que al hacer multitareas están siendo más productivas, en realidad ese no es el caso. “Hacer multitareas lo único que hace es estresarnos más de la cuenta, enajenarnos de lo que realmente sucede alrededor nuestro, e impedir que seamos capaces de comunicarnos efectivamente con las personas que forman parte de nuestras vidas”, sentecia Clay.
Consejo: Este punto es simple, de verdad: sólo tenés que soltar el teléfono, apagar el televisor y empezar a prestarle atención a lo que sucede realmente en el entorno. Permitir que el cerebro procese todo lo que está sucediendo alrededor tuyo en tiempo real (en vez de andar monitoreando a tus seguidores de las redes sociales o chateando por whatsapp) puede ser la mejor medicina para mejorar tu salud mental enormemente. Intentalo y verás los resultados.// Clarín
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