Los 5 grandes naufragios de la historia
El hundimiento de un barco siempre es una tragedia, pero detrás de los naufragios se esconden algunas de las historias más curiosas
Los océanos siempre han fascinado al ser humano. Son igual de bellos que de mortales, y es que son miles los navíos que se han perdido en sus aguas. Desde las sencillas embarcaciones hechas de juncos hasta los sofisticados transatlánticos, han pasado miles de años de una historia naval en la que han tenido gran relevancia los naufragios, que en muchos casos han marcado el camino para los avances tecnológicos y de seguridad en los barcos.
El uso de materiales como el acero, la tecnología radar, el sistema GPS y el doble casco han evitado que se repitan catástrofes como las ocurridas el siglo pasado. Por ello, estos son los hundimientos más grandes de la historia.
El incendio en el General Slocum
Antes de los atentados del 11S, la tragedia que más muertes causó en la ciudad de Nueva York fue el incendio del barco de vapor General Slocum, producido el 15 de junio de 1904.
La iglesia luterana St. Mark de Lower East Side alquiló la embarcación para navegar hasta Long Island, donde iban a celebrar su picnic anual, pero no consiguieron llegar a su destino. Nada más zarpar, se originó un incendio en la sala de iluminación. El aceite de lámpara y un cargamento de heno lo avivaron rápidamente y se extendió por la madera del barco y la pintura inflamable.
De las 1.388 personas que viajaban a bordo, 1.021 fallecieron ahogadas en el río o por las llamas. Esta tragedia evidenció los grandes problemas de la embarcación: los botes salvavidas, los chalecos y las mangueras de incendio eran inservibles, al estar podridos o defectuosos. Además, el capitán William Van Shaick no llevó el barco a la orilla en cuanto le notificaron el incendio, decidió seguir y los vientos en contra avivaron el fuego. El barco se hundió pasto de las llamas en North Brother Island.
El capitán fue declarado culpable de negligencia criminal, al no haber contemplado simulacros de incendio ni contar con extintores en buen estado. Fue condenado a diez años de prisión, de los que cumplió algo más de tres.
El Príncipe de Asturias contra los arrecifes
Los icebergs no son las únicas amenazas naturales para los buques. Las tormentas y los arrecifes de coral pueden convertirse en una combinación fatal. Aunque ahora hay radares, GPS y más instrumentos de navegación, en el siglo XX no existía nada de esto, sobre todo a principios.
El buque español Príncipe de Asturias se hundió cerca de las costas de Brasil el 5 de marzo de 1916, cuando cubría la ruta Barcelona-Buenos Aires. Lluvia, niebla, viento y un mar picado le fueron empujando hacia los arrecifes de Punta Pirabura, contra los que chocó sin poder esquivarlos. Fallecieron 457 personas de las 600 que viajaban a bordo.
El Titanic sueco
En el siglo XVII, el rey de Suecia Gustavo II Adolfo, se empeñó en dominar el mar Báltico, con un barco insumergible, por ello se construyó el Vasa. Diseñado para ser el barco más formidable y poderoso del mundo, naufragó en su viaje inaugural (como el Titanic) el 10 de agosto de 1628. A algo más de media milla náutica de su punto de amarre y tan solo 15 minutos después de levar anclas, se hundió ante la mirada incrédula de los habitantes de Estocolmo, que abarrotaban el puerto de la capital sueca.
El navío estaba preparado para transportar 145 marineros y 300 soldados, alcanzando los 63 metros de eslora y pudiendo cargar 1.200 toneladas gracias a sus 10 grandes velas. El problema estuvo en los cañones, solo se iba a implementar una hilera, pero el rey ordenó colocar dos, con 64 cañones de bronce. Esto lo convirtió en un barco muy inestable, y en un día de viento como aquel, el barco se ladeo y el agua comenzó a entrar por esa segunda hilera de cañones construida.
El Vasa se hundió a más de 30 metros de profundidad. Murieron al menos 30 de sus 200 tripulantes. Después de más de 300 años en el lecho marino, en 1961 fue reflotado tras una larga y complicada operación. Ahora está en el célebre Museo Vasa de Estocolmo, y es el único barco del siglo XVII que ha llegado prácticamente intacto a nuestros días.
El Titanic
Sin duda, el hundimiento del Titanic es el más famoso de todos, en gran parte gracias a la película de James Cameron protagonizada por Leonardo Dicaprio y Kate Winslet. El Titanic quería pasar a la historia por ser el mayor barco del mundo, pero lo hizo por algo mucho más trágico: chocar contra un iceberg en su viaje inaugural, cuando realizaba la ruta entre Southampton (Reino Unido) y Nueva York.
La noche del 14 de abril de 1912, el vigía Frederick Fleet avista un iceberg y da la voz de alarma. Para sortearlo, el primer oficial William Murdoch ordena girar todo a estribor y para la sala de máquinas, pero el casco del trasatlántico roza de forma lateral la parte sumergida del bloque de hielo. Varios compartimentos inferiores empezaron a inundarse y solo unas dos horas y media después, el buque se hundía dejando 1.514 fallecidos de las 2.223 personas que viajaban a bordo.
El principal problema de este tremendo buque, fue la velocidad a la que iba. Edward Smith, comandante del barco, ordenó aumentar excesivamente la velocidad para llegar a su destino un día ates de lo previsto.
El Lusitania, hermano del Titanic
La década de 1910 fue un periodo negro para la historia naval. Solo tres años después del hundimiento del Titanic, otro coloso británico, el Lusitania, hermano del primero, fue torpedeado por el submarino alemán U20 el 7 de mayo de 1915, en plena guerra mundial.
El buque viajaba de Nueva York a Liverpool (Reino Unido) y en la costa de Irlanda fue bombardeado por el submarino en una maniobra militar que, según muchos, aceleró la entrada de Estados Unidos a la contienda. De las 1.198 personas que perdieron la vida, 128 eran estadounidenses.// COPE
No hay comentarios: