1945: El extraño partido de la niebla
Inglaterra. 54.000 personas acuden a un partido entre Arsenal y Dinamo de Moscú. La niebla londinense es tan densa durante el encuentro que los aficionados no son los únicos que no distinguen un solo jugador, ellos tampoco son capaces de verse. Si al contexto se une que los rusos no llevan dorsales y que hay sospechas sobre el número de ellos que estaban sobre el campo se puede entender como una crónica del partido del Mail definía el partido en la misma crónica como el "más absurdo que se ha jugado alguna vez" y "uno de los encuentros más emocionantes que 54.000 personas ha visto".
Hace mucho tiempo que el Dinamo de Moscú no vive sus mejores años en la competición doméstica rusa, pero el club fundado por miembros de la policía de asuntos internos predecesora de la KGB y después fue gestionado por miembros de la propia agencia de inteligencia y la NKVD (el Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos), fue el equipo dominante en el primer año de la postguerra. Esa vitola fue la que llevó a equipo moscovita a ser el primero del Este que iniciaba una gira por Gran Bretaña.
El club ruso quería que la visita fuese lo más provechosa posible y no dudo en poner una serie de requisitos a la Federación Inglesa. Estos consiguieron evitar un enfrenamiento entre el Dinamo y una selección inglesa pero acertaron casi todas las demás propuestas soviéticas. Una de ellas era enfrentarse al Arsenal, el mejor equipo inglés en aquel entonces y que había derrotado a una selección de los mejores jugadores de la potente selección austriaca. El técnico ruso, Mijail Yakushin, no concebía la idea de que no se jugase contra el campeón inglés: "Venir a Londres y no enfrentarnos al Arsenal sería como ir al Cairo y no ver las pirámides."
Los requisitos rusos también se habían preocupado de las diferencias deportivas en la disputa del fútbol. Los ingleses permitían las cargas con el cuerpo en su balompié y no tenían cambios de jugadores. Además de el cambio de esas dos reglas también reclamaron que un árbitro ruso dirigiese al menos uno de los encuentros de la gira; este iba a ser el encargado de pitar frente al Arsenal.
Tras empatar a tres con el Chelsea y ganar por nueve de diferencia al Cardiff City la prensa había pasado de un: "No esperes demasiado de un puñado de trabajadores de fábrica" a otro bien distinto "Se han reafirmado como el mejor club que ha visitado jamás las islas". El rápido y fluido juego de pases de los rusos había dejado asombrados a los ingleses e iba a hacer frente al mejor equipo británico.
A los 30 segundos ya habían sorprendido los moscovitas al Arsenal. Se habían adelantado en el marcador a un equipo que tenía hasta hasta seis novedades, incluyendo a dos estrellas, Mortensen del Blackpool y Matthews del Stoke City. Pese a que habían 54 personas en el estadio, muy pocos pudieron ver el tanto. La clásica niebla londinense se había vuelto aún más intensa aquel 21 de noviembre de 1945 y el partido dio la impresión de que nunca se jugaría, pero el arbitro ruso había pitado el comienzo del partido y no tuvo intenciones de detenerlo en ningún momento: los rusos había venido desde muy lejos para disputar este partido.
La visión era tan reducida que en ese primer gol uno de los comentaristas en la zona de prensa no pudo ver el gol y solamente describió lo que ocurría en la grada. Esa ceguera colectiva provocó las situaciones extrañas del partido que lo convierten en único.
Reg Drury había sido expulsado del campo en la segunda mitad, pero aprovechando la niebla se había metido de nuevo en el campo y continuó en el partido hasta que el delantero ruso Bobrov se dio cuenta de la situación. En el lado ruso se hizo una sustitución, pero el jugador nunca abandonó el campo y además ingresó otro en el terreno: según unas crónicas el Dinamo jugó con 12 durante más de 20 minutos, otras indican que los soviéticos llegaron a ser 15 sobre White Hart Lane. Nadie podía decir de manera exacta cuántos jugadores había sobre el terreno de juego, que los jugadores rusos jugases sin dorsal no ayudaba a contarlos.
La baja visibilidad provocó un contratiempo aún más insólito. El portero del Arsenal no vió el palo al ir a por un balón y quedó inconsciente. Un miembro del público fue el sustituto en los minutos restantes. El Dinamo de Moscú ganó aquel encuentro por 4-3 al Arsenal en uno de los partido más extraños que recuerdan en las isla, pero ninguno de los asistentes pudo recordar mucho de aquel partido.// La información (COM)
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