Nuestros pulmones tienen olfato
Al igual que la nariz, nuestros pulmones tienen receptores olfativos. Según revela un estudio realizado en EE.UU., este descubrimiento podría ayudar a desarrollar nuevos tratamientos contra enfermedades respiratorias como el asma.
Científicos de la Universidad de Medicina de Washington (St. Louis, EE.UU.) y de la Universidad de Iowa (Iowa City, EE.UU.) se han llevado una sorpresa al descubrir la existencia de receptores olfativos en un lugar un tanto inesperado: los pulmones.
A la espera de conocer el informe definitivo y detallado que se publicará el próximo mes en la revista American Journal of Respiratory Cell and Molecular Biology, este equipo de investigación adelanta algunas peculiaridades de su hallazgo. Por ejemplo, los receptores olfativos de los pulmones tienen una conexión directa con nuestro cerebro, concretamente con unas células conocidas por las siglas PNEC (acrónimo en inglés de Células Pulmonares Neuro Endocrinas), encargadas de liberar hormonas en nuestro organismo.
En definitiva, los pulmones pueden, de alguna manera, oler. Y aún más: ante la presencia de agentes químicos como los contaminantes del aire pueden enviar mensajes de alerta al cerebro, a través de una masiva liberación de hormonas en la sangre.
Resultado de nuestra herencia evolutiva
Esta reacción focalizó la atención de los investigadores ya que la avalancha de hormonas en la sangre provoca, de facto, una fuerte contracción de nuestro aparato respiratorio. El mecanismo podría ser el resultado de nuestra herencia evolutiva, dada su capacidad de protegernos ante sustancias externas perjudiciales para la salud. De algún modo, estas células PNEC y los receptores olfativos son unos "centinelas" que ayudan a nuestro cuerpo a defenderse mejor contra los productos químicos, irritantes o tóxicos, presentes en el aire.
El hallazgo plantea asimismo, una verdadera revolución en el tratamiento de algunas de enfermedades respiratorias, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el asma o el enfisema pulmonar, patologías que también están asociadas con la hipersensibilidad a algunos agentes químicos externos, como los vapores de tráfico, algunos olores fuertes, ciertos perfumes... Justamente los agentes que activan las células PNEC.
Esta analogía invita al biólogo Yehuda Ben-Sarar, autor principal del estudio, a elaborar una hipótesis según la cual los receptores olfativos de las células PNEC podrían ser objetivos terapéuticos interesantes en el tratamiento de estas enfermedades respiratorias.// La información (COM)
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