Siempre hay buenos motivos para sonreír
Cuando nos encontramos francamente bien, las sonrisas vienen solas, como algo natural, dice el portal de internet kidshealth.org. Se trata de un signo externo de alegría, felicidad, aprecio, diversión, entusiasmo o agrado.
No es normal sonreír cuando uno está triste o preocupado, pero resulta que sonreír puede ser lo mejor que una persona puede hacer para pasar a un estado de ánimo más alegre y positivo.
Los científicos han descubierto que el hecho de sonreír a propósito (es decir, de fingir una sonrisa de forma voluntaria) puede ayudar a que la gente se sienta mejor. El mero hecho de iluminar el rostro con una sonrisa puede hacer que la persona se sienta realmente feliz, alegre o divertida.
Sonreír a propósito modifica nuestra química cerebral. Por lo tanto, puede ser de gran ayuda para aquellas personas que estén afrontando una depresión o que presenten ansiedad. Pero, ¿cómo se puede sonreír cuando no te apetece hacerlo?
El lenguaje de nuestro cuerpo puede influir sobre nuestras emociones. En un estudio, los investigadores descubrieron que la gente que adoptaba una postura de seguridad y de confianza en sí misma, se acababa sintiendo más segura de sí misma. En otro estudio, la gente que adoptaba de forma intencional determinada expresión facial (como sonreír o fruncir el ceño) acababa sintiendo la emoción asociada a esa expresión.
Los padres pueden enseñarle a sus niños que una sonrisa puede ayudarlos a sentirse más felices, y el hecho de sentirse más feliz los ayuda a conseguir que la sonrisa se acabe convirtiendo en una sonrisa auténtica.
Una sonrisa verdadera y auténtica recibe el nombre de “sonrisa de Duchenne”, y esta implica movilizar todos los músculos de la cara, incluyendo las “líneas de la risa” alrededor de los ojos. Es importante hacer participar a todos estos músculos, incluso en una sonrisa simulada.// El Nuevo Herald (COM)
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