Las razones más comunes por las que no logras perder peso a pesar de hacer dieta
Cuando nos proponemos perder peso, si hay algo claro es que tendremos que hacer grandes sacrificios a la hora de comer. La autoimposición de una dieta que restringa cierto tipo de alimentos es el primer paso. Más tarde habrá que adoptar hábitos de vida saludables paralelos, como bien viene a ser acostumbrarse a una rutina de ejercicios regular. Pero sin duda, lo más difícil siempre será sacar la fuerza de voluntad para hacer frente a esta serie de cambios.
¿Lo has intentado una y otra vez con el mismo resultado? Hay que reconocer que la cosa se pone aún más difícil cuando ya son varios los intentos que acabaron en fracaso. Pero como decía un famoso guía espiritual del cine fantástico, "hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes". Por ello, lo primero que habrás de hacer es conocer de cerca cuáles son las razones por las que no lo conseguiste en repetidas ocasiones. 'Business Insider' ha hablado con varios expertos para que nos saquen de dudas.
La dieta no es la adecuada para tu cuerpo
Si has perdido un poco de peso con la dieta, es posible que ya hayas alcanzado lo que se conoce como "meseta", debido a la adaptación metabólica a este nuevo régimen de alimentación. Esto implica que tu cuerpo, ahora un poco más pequeño, requiere una nueva cantidad de calorías diferente a cuando comenzaste con el plan. "Si tienes sobrepeso, puedes perder de 10 a 13 kilos en unos pocos meses comiendo la cantidad correcta de calorías, pero esto no va a durar para siempre", aseera Fatimah Fakhoury, dietista.
Un estudio demostró que dormir menos de ocho horas por la noche conlleva ingerir al menos 559 calorías al día siguiente
Es por ello que necesitas volver a ajustar el nivel de ingesta de calorías, esta vez mucho menor que la del principio. Además, es aquí cuando entra la importancia del ejercicio físico, ya que si no continúas quemando calorías, corres el riesgo de retroceder al inicio y volver a ganar peso.
Comer muy poco
"Cuando no comes lo suficiente, tu cuerpo siente hambre", asegura Fakhoury. Algo a simple vista evidente, pero que puede derivar en un atracón espontáneo o bien en enfermedades más preocupantes aún que el sobrepeso. Sin ir más lejos, puedes desarrollar un trastorno obsesivo con la comida que puede derivar en enfermedades mentales muy peligrosas. Pero al margen de esto, tampoco obtendrás las calorías necesarias para reponer tus reservas de energía, por lo que te sentirás demasiado cansado y también bajará tu estado de ánimo. Recuerda: no ingieras menos de 1.000 calorías al día. No por mucho madrugar, amanece más temprano, por lo que sé inteligente y no decidas privarte de la comida a lo bestia.
No duermes bien
El sueño es un factor que se suele pasar un tanto por alto cuando se trata de perder peso. Sin duda, es uno de los mayores indicativos de salud, y no descansar lo suficiente no solo dificultará que llegues a tus objetivos de adelgazamiento, sino que también podrá provocar otro tipo de males más graves. Un estudio demostró que dormir menos de ocho horas por la noche conllevaría ingerir 559 calorías al día siguiente. Esto tiene una explicación bastante clara: la falta de sueño activa las hormonas del hambre, además de que es más probable que si sufres insomnio por ansiedad, puedas verte irremediablemente condenado a calmarla recurriendo al frigorífico.
Tu dieta no es sostenible a largo plazo
Hay muchos régimenes de alimentación que son demasiado exigentes. Recuerda que si estás empezando lo mejor es ir poco a poco y no apresurarse. También hay otros que no son menos populares en los que se reduce muchísimo la ingesta de comida durante cuatro días para después dejar los otros tres libres. En todo caso, lo mejor será que encuentres tu modelo de alimentación ideal según tus circunstancias y las necesidades corporales. Si no sabes exactamente a qué dieta recurrir o tienes dudas, lo mejor será que acudas a un profesional médico para que te ayude a elegir la que mejor se ajusta a ti.
Tienes otros problemas de salud
Fakhoury reconoce que muchos de sus pacientes que siguen las normas y no se salen del plan (ejercicio físico y comer y dormir bien) siguen sin perder peso. "En algunos casos, puede existir una causa subyacente por la que no lo logramos, como la prediabetes", asegura. "Otros pueden tener un problema de tiroides o de cambios hormonales, como la premenopausia, que sin duda afectan a su capacidad para perder peso".// ACV
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